El proceso de congelación de embriones se toma como medida preventiva y por decisión de la pareja para poder lograr un embarazo efectivo. Aunque el tratamiento de fertilización in vitro tiene índices positivos, en ocasiones no logra los resultados esperados; esto no quiere decir que al no haber alcanzado un embarazo con embriones “frescos” no se pueda lograr con los congelados.
En otros casos, los embriones criopreservados también se pueden utilizar cuando la pareja desea tener otro hijo años más tarde de haber logrado un embarazo con los primeros embriones.
La tasa de supervivencia de los embriones congelados oscila alrededor de un 60 por ciento a un 80 por ciento, de los cuales se consigue una gestación en un 35 por ciento de los sobrevivientes; esto depende de la edad de la paciente, la calidad embrionaria y las causas de infertilidad.
Estudios científicos han demostrado que los embarazos con embriones congelados y tratados con reproducción asistida son comparables a una gestación común.
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